jueves, 5 de julio de 2012

Nunca quise marcharme, pero tu tampoco me diste motivos para quedarme.


Nos comimos a besos un lunes y nos olvidamos un viernes. Tú me volvías loca, encendías algo en mí con tan sólo palabras, tú me hacías temblar, y yo chaval, yo era la única que podía contigo. Era tan inusual, tan de película, que pensé que podríamos conquistar juntos el universo.
Me equivocaba.

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