Como
un cigarro para un fumador. Como ese último sorbo de ginebra para un
alcohólico. Ese chute para un drogadicto. Eres pura adicción. Eres
como esas mañanas de sol en invierno, como esos soplos de viento en
verano. Eres el placer de tocar el suelo con los pies descalzos o el
lado más frío de la cama en verano. Eres todo lo bueno y todo lo
malo. Eres todo lo que te hace bien y a la vez mal. Eres lo que
quiero, y lo que no quiero, ver. Muchas veces te conviertes en algo
más que todo eso. Te conviertes en pura adicción. Algo más, algo
fuerte, ajeno a los sentidos. Eres todo eso que te hace desvariar.
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