Deja de preocuparte de si llegas tarde, o te despeinas o te
mojas. Ríete hasta que te duela el estómago y comete todas las
tarrinas de helado de la ciudad con tus amigas mientras habláis del
chico que te está volviendo loca, y déjate enamorar por él, si te
sonríe te derrites y sino pues le sonríes tú. Baila con tacones
hasta que te maten los pies y acabes descalza, pero no te quedes con
las ganas de haber roto la pista de baile. Grita por el balcón para
que todo el mundo se entere de que gritas, píntate las uñas del
color que te dé la gana. Haz una lista de deseos y cúmplelos uno a
uno, y ve tachándolos. Haz todo lo que te gusta hacer, porque no
sabes cuánto tiempo serás tan libre, y créeme, nunca lo serás
tanto como ahora.
Tienes razón ¡Nunca serás tan libre como ahora! Después, quizás lleges a ser madre y eso es otro cantar, pero eso sí diviértete lo que puedas ahora y vive el momento siempre que puedas. Ahí está la felicidad.No obstante,recuerda que la felicidad de otras personas también dependen de tí y eso hay que valorarlo.
ResponderEliminarSaludos desde tu pueblo.